miércoles, 11 de junio de 2008

Pide familia que especialistas de la UNAM hagan autopsia a mujer violada en Zongolica

* Desconfían de PGJV, luego del caso Ernestina Ascencio

Laura Castro Medina/ Corresponsal
Zongolica, Veracruz (CIMAC)

Familiares de la señora náhuatl de Zongolica Susana Xocua Texoco, cuyo cadáver fue encontrado tirado en un maizal con rastros de tortura y violación el pasado 25 de mayo, exigen que sean expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y no la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, quienes analicen y den un dictamen en la necropsia que se pretende realizar al cadáver porque no fue practicada en su momento.
Los familiares de Susana Xocua, quien tenía 64 años de edad al momento de su muerte, señalaron que peritos de la Procuraduría veracruzana les solicitaron este martes y miércoles su autorización para exhumar el cuerpo y practicar la necropsia que no hicieron, con el fin de "comprobar" que no murió por tortura y violación, como manejan organizaciones sociales, sino a causa de su enfermedad.
El subprocurador Especializado en Asuntos Indígenas, Rubén Darío Mendiola Solano y la directora general de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia, Hortensia Alarcón Montero, plantearon a los familiares de Susana Xocua la necesidad de exhumación del cuerpo, sin embargo por los antecedentes del caso de Ernestina Ascencio los familiares solicitaron que sean especialistas de la UNAM los que se emitan el dictamen de la reexaminación del cadáver.
De acuerdo a la versión del subprocurador de Asuntos Indígenas de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, Rubén Darío Mendiola Solano, la causa de muerte fue un "cistocele estrangulado", pues a pesar de su enfermedad y la atención médica recibida optó por la ingesta de diversas hierbas, lo que implica una muerte natural y no por causa violentas.
Pero familiares de la víctima encabezados por el esposo Juan Temoxtla Acatécatl no aceptan esa versión e insisten en que Susana murió víctima de una agresión física y sexual y posteriormente el cuerpo fue arrojado a un maizal. La muerte violenta quedó asentada en el acta del registro civil.
Aún reciente el recuerdo de lo ocurrido con la señora Ernestina Asencio Rosario, quien murió a causa de la tortura y violación cometida por soldados del Ejército Mexicano en febrero del año pasado en Tetlacinga, Soledad Atzompa, los familiares piden la intervención de la UNAM para que emita un dictamen.
Quieren que se esclarezcan los hechos y argumentan que al momento de la inhumación Susana no presentaba huellas de una autopsia, que debieron practicarle en la Procuraduría porque su cuerpo fue encontrado semidesnudo, luego de permanecer 24 horas desaparecida y presentaba rastros de violación.
El caso presenta una gran similitud con el de la señora Ernestina Ascencio, principalmente por el encubrimiento de las causas reales de la muerte de ambas mujeres. En el caso de Susana Xocua, ella era una mujer sana, como se puede comprar en el expediente médico del programa Oportunidades, al cual estaba inscrita, ahí mismo no se detectaban enfermedades crónicas, degenerativas o cáncer como argumentan las autoridades judiciales.
HALLAN OTRA MUJER MUERTA
Por otro lado este fin de semana fue hallado el cadáver putrefacto de otra mujer semidesnuda y con evidentes signos de tortura y violación, en los límites de las comunidades de Barranca Seca y Prospero Pineda, del municipio de Acultzingo.
El cuerpo de la mujer hasta hoy no identificada supone una edad entre 50 y 55 años, presentaba hematomas en ambas piernas y contusiones en diversas partes del cuerpo y sin ropa íntima, lo que hace presumir que la mujer fue violentada sexualmente antes de su muerte.
Al iniciar las indagatorias, efectivos de la Procuraduría General de Justicia no descartan la posibilidad de que se trate de una mujer originaria del estado de Puebla y que, por diversas circunstancias, haya sido abandonada en el estado de Veracruz, ya que los habitantes de la región dijeron desconocerla.
Los casos de violencia contra mujeres de las zonas indígenas no son aislados: este mismo fin de semana en el municipio de San Juan Texhuacan, también en la sierra de Zongolica, Manuela Anastasio Quiahua, de 70 años, estuvo a punto de ser víctima de feminicidio, luego de que Reynaldo García Rodríguez, de 23 años de edad la arrojó a una barranca de 80 metros de profundidad.
La mujer, a pesar de la brutal golpiza recibida, de ser arrastrada de los cabellos y posteriormente arrojada al profundo barranco logró salvar su vida, aunque su estado de salud es de pronóstico reservado. El agresor fue detenido horas más tarde por personal de la Secretaria de Seguridad Pública del estado de Veracruz.

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