* Tres cordobeses al nuevo Congreso Local, se tendrán que poner bastante bien la camiseta
Opción de Veracruz Virtual
Córdoba, Veracruz
Este lunes 5 de noviembre se habrá de integrar el LXl Congreso Local, en donde tres cordobeses habrán de ocupar una curul de las 50 que integrará la legislatura local en la ciudad capital Xalapa. Por el PRI vemos a Francisco Portilla Bonilla, quien el pasado 2 de septiembre obtuvo un arrollador triunfo con un 51 % del total de la votación por el distrito 16 con cabecera en la ciudad de Córdoba, de igual manera ocupará una diputación por la vía plurinominal a la cordobesa María de los Ángeles Sahagún de Domínguez en representación del Partido Acción Nacional (PAN). La otra diputación le corresponde (aunque negociada) a Alfredo Tress Jiménez, actual dirigente estatal del Partido Convergencia (PC), mejor conocido en el ambiente político cordobés como el “Bebé berrinchudo”, (así lo bautizó el amigo Manuel Negroe del periodiquito). Los tres tendrán que ponerse la camiseta como cordobeses, aunque algunos no tanto.
Lo que la ciudadanía cordobesa espera de ellos es que desempeñen un buen papel en la LXl Legislatura del Estado y apoyen buenas iniciativas de ley que protejan más a la clase más desprotegida (Juan Pueblo), ya que gracias a todos nosotros, (nos guste o no nos guste) ahora son nuestros representantes sociales, ya que de una u de otra manera, ya sea por representación popular o proporcional, tendrán que cerrar heridas y buscar la conciliación a través del consenso para poder aprobar leyes que traigan beneficio para todos sin igual o visiones partidistas, ojalá y quiera DIOS que el PRI no se emborrache de poder ahora que tiene mayoría absoluta (con 30 diputaciones), más los que se le adhieran como sería el caso de Manuel Laborde del PRV y Julio Chávez Hernández del PT que es lo más probable.
En caso de no consensuar (tal y como debe de ser) con los demás organismos políticos a través de sus legisladores, entonces la LXl Legislatura del Estado estaría trabajando (como en lo viejos tiempos) como una inmensa “aplanadora”. De ser así, entonces todos los veracruzanos ya tendríamos un culpable del buen o mal destino del Estado de Veracruz, desde luego, todo esto sucedería si a nuestros queridos legisladores les ganara la soberbia y el falso orgullo, ya que este defecto en ocasiones no nos permite (a ningún ser humano) ver más allá de nuestra propia nariz, para ello, los únicos que juzgarán el buen o mal papel será el electorado que esperamos no se haya equivocado el pasado 2 de septiembre. Cosas raras han acontecido y habrán de acontecer (…).
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