viernes, 14 de agosto de 2009

Obispo de Córdoba arrolla a 7 personas; una muere

* Se dirigía a una reunión pastoral en Huatusco

HUGO MORALES ALEJO
Huatusco, Veracruz

El obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Porfirio Patiño Leal, fue bajado de su camioneta Nissan Pathfinder, plateada y detenido por agentes ministeriales, luego de haber arrollado a 7 personas afuera del mercado de la ciudad, cuando viajaba a alta velocidad para tener una reunión de tipo pastoral en la iglesia local.
Alrededor de las 11:00 horas, el prelado viajaba a bordo de su vehículo Pathfinder modelo 2009, a alta velocidad, según testigos, cuando perdió el control de la unidad, estrellándose con un poste de madera, que fue derribado por el golpe, dañando otros dos vehículos. Al pretender recuperar su ruta, con la alta velocidad a la que iba, solamente logró subirse a la acera izquierda, arrastrando con su costosa unidad a 7 personas, de las cuales una murió en el lugar de los hechos, tres fueron llevadas de urgencia al Hospital General de Huatusco, para posteriormente ser enviadas a hospitales particulares de Córdoba, de los cuales dos son niños de 11 y 10 años de edad.
LUGAR DE LOS HECHOS
El auto del obispo, bajando a alta velocidad de norte a sur por la avenida 1, calle 4, chocó con un poste, que de inmediato fue sustituido por la Comisión Federal de Electricidad. Posteriormente, según testigos, pretendió retomar el rumbo, pero solamente logró subirse a la acera, arrastrando el costado de la camioneta por la pared, donde una mujer de 75 años de edad, Reyna Marchena de Vázquez, indígena oriunda de El Cerrito de Guadalupe, Huatusco, que expendía su mercancía de chile seco, fue arrastrada varios metros. La mujer murió instantáneamente.
En ese momento le compraban chiles la señora Judith Sosol Sánchez, acompañada de su hijo Yamil Solís Sosol y Sinaí Solís Sosol. El segundo fue atropellado por la Pathfinder del obispo y presenta trauma craneal. Sobre la misma acera caminaba María Constancia Juárez Hernández y su pequeño nieto, Nicasio Juárez, de 10 años de edad, visitantes de Chichiquila, Puebla; María Constancia tiene trauma craneal y rotura de pelvis. Otra lesionada es Nicolasa Colorado molina, de 72 años de edad.
En el lugar de los hechos de inmediato aparecieron veladoras, donde algún ser bondadoso formó una cruz con las tablitas de las rejas donde expendía su mercancía la marchanta fallecida. Ahí mismo descansaban las sandalias de hule de las dos mujeres mayormente afectadas por el cafre religioso.
LA DETENCIÓN
El prelado fue llevado a la oficina de la Comandancia de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), donde los elementos y Agente del Ministerio Público, por indicaciones telefónicas superiores, fungieron más como guardaespaldas que como custodios de un detenido por homicidio imprudencial, a donde llegaron más de 12 presbíteros de la zona de Córdoba, a dar el respaldo al líder religioso, acompañados de los dirigentes de la Coparmex de Córdoba, encabezados por Agustín Silva Montufar, quien igualmente fue abogado defensor.
La mayoría de reporteros, llegados de todas partes del estado a cubrir el evento del director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares, se aglomeraron en las oficinas ministeriales, dejando en segundo término el evento del ex secretario de Gobierno.
El obispo no dio declaración alguna, pero escribió una carta a mano, entregada al vicario dela Diócesis, Javier Rodríguez, quien la leyó a los reporteros afuera de la AVI, donde indicaba que había sufrido un desmayo debido a su padecimiento de diabetes mellitus, que le hizo perder el control del vehículo, pero que finalmente “siento esta pérdida humana de los familiares de la señora fallecida, como si fuera una pérdida misma”.
Luego bajó a dar su primera declaración, para posteriormente ser subido a la oficina del comandante, de donde bajó nuevamente para ratificar su versión, pero con la mano derecha envuelta con una venda tipo cabestrillo, que le habían traído los presbíteros ahí reunidos.
Finalmente, luego de pagar una fianza de $100 mil y $37 mil de reparación de daños provocados a los familiares de la fallecida, el prelado fue liberado para ser recibido por unas decenas de fieles católicos que le esperaban afuera de la AVI, para darle su respaldo.

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